Oncohematología Infantil

La hematología oncológica ha experimentado numerosos cambios en el último decenio, como consecuencia del avances en los conocimientos de biología molecular, genética, farmacología, bioquímica hematológica y anatomía patológica.

Aunque la mayor parte de los progresos se describen en pacientes adultos, en los niños con afecciones malignas de índole hematológico (leucemias agudas, hemangiosarcomas, linfomas infantiles, sarcomas de Kaposi) se verifican cambios revolucionarios en el diagnóstico y la terapéutica que motivan la necesidad creciente de profesionales experimentados.

Tanto el hematólogo pediátrico como el oncólogo infantil pueden capacitarse en esta disciplina, para lo cual se requiere de una formación de posgrado de 24 meses, en la cual se incluyen conocimientos teóricos, actividades de terreno (consultorio, internación, hospital de día, salas de quimioterapia, terapia radiante), tareas de laboratorio (histología, biología molecular) y preparación psicoprofiláctica.

El oncohematólogo pediátrico suele ejercer su misión en hospital de alta complejidad, si bien estos profesionales pueden participar en forma directa o como consultores en instituciones de segundo nivel.