La Punción Tiroidea

Las enfermedades del tiroides son relativamente frecuentes, en especial en las personas mayores de 50 años. Si bien las afecciones más comunes se relacionan con el funcionamiento de la glándula, las neoplasias benignas y malignas son un motivo de inquietud, ya que suelen asociarse con escasos síntomas en el momento de su presentación.

Ante el hallazgo de un nódulo tiroideo, en la actualidad se prefiere el enfoque por parte de un equipo multidisciplinario, en el cual participan endocrinólogos, clínicos o pediatras, cirujanos de cabeza y cuello y especialistas en ecografía. Ocurre que la punción de los nódulos con una aguja fina y guiada por medio de la ultrasonografía es una estrategia difundida y de uso creciente.

Con la presencia de un patólogo o un citólogo, el especialista en diagnóstico por imágenes orienta una delgada aguja hacia el interior del nódulo, intentando obtener material para confirmar o descartar la naturaleza maligna de la lesión. Esta técnica evita la utilización inicial de recursos más cruentos o quirúrgicos en forma prematura, ya que la tasa de éxitos es muy elevada y con una mínima posibilidad de morbilidad.

El procedimiento puede aprenderse en jornadas de capacitación dirigidas en general a expertos en ecografía, si bien los módulos actuales no excluyen la posibilidad de aprendizaje para otros profesionales.