La histeroscopia

Los avances en los recursos técnicos vinculados con la endoscopia y la utilización de fibras ópticas han permitido reducir la invasividad de un gran número de procedimientos médicos en variados ámbitos de las ciencias de la salud. En este sentido, las maniobras en Ginecología se han simplificado con el advenimiento de la nuevas tecnologías y, probablemente, la histeroscopia es el mejor ejemplo de esta posibilidad.

El método consiste en la visualización por medio de un equipo de endoscopia de la cavidad uterina, lo cual sustituye a técnicas más cruentas como la laparotomía o el raspado biopsia fraccionado. Por otra parte, además de inspeccionar la cavidad, es posible realizar procedimientos diagnósticos (toma de muestras) e incluso terapéuticos (legrados) por medio de este instrumental.

La destreza para llevar a cabo una histeroscopia se adquiere en cursos de perfeccionamiento dirigidos a médicos ginecólogos u obstetras, con experiencia en esa disciplina no menor a los 5 años. Los módulos de capacitación incluyen un porcentaje de actividades prácticas no menor al 75% y se extienden por un promedio de 2 semestres.

Si bien el procedimiento es más costoso que los recursos convencionales, la rentabilidad resulta elevada por la menor morbilidad y el mayor confort de las pacientes.