Enfermería y Cateterismo Intermitente

Como consecuencia de la mayor expectativa de vida de los pacientes con enfermedades malignas de la pelvis (cáncer de endometrio y cuello uterino en la mujer, carcinoma de próstata en el varón) y de los individuos con politraumatismos graves con lesiones medulares, la población de sujetos con disfunciones de la micción es cada vez más elevada.

Si bien el cateterismo vesical permanente con una sonda es una opción de tratamiento, esta estrategia se asocia con un nivel inaceptable de colonización, infecciones y litiasis urinaria. El cateterismo intermitente representa una opción de gran interés, pero también está sujeta a diferentes complicaciones.

Los enfermeros diplomados que trabajan con estos pacientes desempeñan un papel de suma importancia en su abordaje. Se trata de una verdadera tarea docente y de promoción de la salud, en la cual aquellos profesionales con experiencia en las áreas de internación general y quirúrgica se capacitan en la instrumentación de la vía urinaria de adultos y ancianos. Aquellos con una experiencia no menor a 1 a 2 años se encuentran en condiciones de instruir a los enfermos a practicar sobre sí mismos estos procedimientos, con el fin de evacuar el contenido de la vejiga y liberar posteriormente la uretra. El enfermero se encarga de entrenar al propio paciente en términos de asepsia, esterilización básica y precaución en relación con los parámetros anatómicos.

El cateterismo intermitente es un buen ejemplo de la relevancia de las tareas de Enfermería en relación con la calidad de vida de los pacientes y con la reducción de costos asociados con complicaciones para el sistema de salud.